domingo, 13 de enero de 2008

Pócima Nº 86: El Funeral de la Doncella


Te imagino deslizándote sobre mi piel rosada ,
como un vestido de terciopelo azul ,
intenso,
oscuro,
como el espacio desde el que brota mi deseo callado.
Soy una loba más en esta noche asfixiante
y aúllo por dentro, llamando a tu olfato, para que me me descubra,
y me posea,
urgando entre la hierba fresca, llenando de humedad mi luna.
Pareciera, por momentos, que fuera una bella durmiente,
serena, pequeña, calma, delicada,
tapada con el peso del pudor sombrío,
en cama de rosas y jaula dorada;
pero mi frente suda el calor de cada hembra
y despierta encendida a sus óvulos frescos...
hambrientos de carne erecta, latiente,
de licores fuertes derramados en la boca.
¿Dónde estarás amor de mis desvelos?
¿Dónde estarán tus brazos firmes para bordear mi cintura?
¿Dónde estará tu osadía para romper lo sellado con la miel espesa de tu dulzura?
¿Dónde estará tu lengua voraz, impertinente que traza puentes de saliva
entre mi sed y la bruma?
Envuelta estoy entre vapores rubíes...
sales y algas bendicen mis puertas,
como joya de nácar me vuelvo oceánica y brillo,
reflejando el ardor de los soles estivales,
cubro mi rostro con el manto de las vírgenes
desflorando mis orquídeas pulposas y henchidas...
y todo lo silvestre se apodera de mi pubis,
arrancando con los dientes la tensión de mis candados,
ruedo hasta la orilla como un molusco vizcoso,
que se abre, primerizo, al placer de las mordidas,
y suelto perlas y gemidos suaves,
mientras la sangre unge -sagrada- la vida.
Soy bailarina separando velos,
goteando amarras y versos de tristeza,
creo alegría de mujer con alas,
danzo embriagada el funeral de mi doncella...
















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