Embriaguez en mi mente
licor de la madrugada
un suspiro de menta
liviandad, oleadas
el viento en mis mejillas... te convoca
en mi boca el deseo se desliza...
Gravedad en mi cama, en mi destino,
-las líneas de tu mano me entrecruzan-
abren caminos en mi vientre alado
entran en mi vida y en mi blusa
se deshacen las distancias
y comienzan los deshielos...
(la arena del desierto se convierte en purpurina)
¿Dónde está la palabra correcta,
la prudencia esperada,
el saludo propicio, la promesa anhelada?
Se han fugado desnudas, entre sábanas negras
enredando el silencio, arrancando las penas
con sonidos ardientes
corazones pulsantes
(penetrantes, fecundos)
carnavales de fuego
bailarines de humo
carcajadas danzantes
(incautas, relucientes...)
disparadas al centro
de ese nudo oscuro
(justo antes del amanecer)
caldeando el cuarto
de un caos espeso
( sabroso, rojizo)
gestador de besos
(salvajes, jugosos)
en la víspera sacra
de la mezcla líquida
en la noche cóncava
que nos entrelaza.
© 2007 by Orquídea
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