Tus ojos descifraron mi lenguaje silencioso.
Me miraste y me viste por dentro.
Cada una de tus palabras fueron sabias.
Con filo de bisturí abriste mi corazón, para que soltara lágrimas congeladas.
Sólo con tu voz atravesaste el aire, y la distancia se contrajo,
la tierra encogió trayéndote a mi lado.
Te metiste en el oscuro océano de mi herida, y en ella buceaste con tus manos blandas...
Entonces yo también pude verte, y aprendí a descifrarte.
Supe que tu esencia no era de soldado,
supe que tu alma era bondadosa, y sentía amor por cada ser lastimado.
Supe de tu don, y agradecí tu franqueza.
Supe que pronto una mujer tocaría tus puertas ,y derrumbaría de un beso tu fortaleza helada.
Supe que bajarías del barco errante, construirías una casa, sembrarías un árbol, y navegarías sereno sobre el vientre de tu amada.
Todos tus miedos se abrían curado.
Y la piedra en el pecho se convertiría en alas...
© 2007 by Orquídea
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