martes, 6 de noviembre de 2007

Pócima Nº 78: Samovar

El amor verdadero es más poderoso que la muerte, la trasciende, queda inacto en el Universo, como vibración creadora. Las almas que se han amado, jamás se olvidan, jamás se pierden...
Mi alma te reconoce
en tus ojos está el lenguaje de su destino
huelo tu carne de otras vidas
sé que fuimos uno ...
Lágrimas se desvanecen de mis mares
porque te he buscado desde siempre
desde antes de la vida
desde antes de nacer
-te reconozco-
no me preguntes como, pero te reconozco
yo tuve una familia contigo, y fui muy feliz a tu lado
y ahora después de tantos milenios
te vuelvo a encontrar a la vuelta de la esquina,
con otras ropas, con otro nombre, pero eres el mismo...
Tu corazón no está muerto, mi amor,
la tristeza que te ha quebrado ya no dolerá más, te lo prometo.
Tu diente de oro refleja todos los soles prendidos
y yo soy espejo de tus pensamientos.
Lloro, me conmueve haberte encontrado,
mi espíritu te reverencia,
somos notas de la misma melodía, mi amor...
Después de tus besos agrestes
profundísimos, como el pasado del tiempo,
después de tu partida,
después de tanto deseo,
sólo me alivia sentir en mis labios el misterio fresco de un té gitano...
y las frutas giran en mi taza, como planetas felices,
cómplices sagrados de este re-encuentro...
Tu perfume es un inconfundible elixir
que cura mi abandono.







© 2007 by Orquídea

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