
El alma se emana desde los ojos, la comunión entre nosotros hoy es más intensa.
No somos los mismos.
Somos dulces y extraños, lejanos e íntimos.
La ingenuidad ha quedado atrás.
La desconexión también.
El fuego cuece la sexualidad hasta convertirla en sagrada.
Ahora cada encuentro íntimo es un canto de alabanza, una plegaria viviente...
1 comentario:
muy buena lectura de donde la sacaste o tu lo escribiste???
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