miércoles, 20 de junio de 2007

Pócima Nº 35: Hierro Fundido


Daría todo por perpetuar el instante
en que tu cuerpo y el mío se encastran
-cuerpo/alma/espíritu-
Cóncavo y convexo en perfecta amalgama
(el sudor en nuestras sábanas como único testigo)
Estrechez
Intimidad
Confianza
(al fin el amor tan esperado y temido)
Te miro a los ojos
y te digo que te amo

(Tus ojos me van comiendo a fuego lento
pero tu boca No. Ella devora, desesperada, cada uno de mis senos,
hasta atragantarse y preguntarme ¿de quién son?
y yo, que apenas puedo hablar, le contesto: -Tuyos-)
Mi danza suave y contenida sobre tus venas latientes
despacio, sin prisa, embriagada de vaivenes
y luego - descontrolados-
la tempestad se apodera de nosotros ,
de la danza , de las mezclas...

¡Es tormenta!

Ya no hay modo de frenar
el suicidio de los egos
ya no quiero ser quien soy
(olvido mi nombre
mi historia)
todo es temblor
emoción
-tiemblan las piedras de mis paredes-
me deshago en el deleite
de ser una con tu esencia
y los dos nos desprendemos
de todo lo conocido
-morimos juntos-
intensos
apegados
suspendidos...
-en alabanza plena
a la Creación Inmanente-
dejamos de ser hombre y mujer
y somos hierro fundido...








© 2007 by Orquídea

3 comentarios:

Sirena dijo...

Haces que los días grises se iluminen con tus palabras, amiga. Un beso, preciosa. :)

El búho rojo dijo...

Intenso...

El detective amaestrado dijo...

Tus palabras como el horno al que acercarse para hundirse en él