viernes, 18 de mayo de 2007

Pócima Nº 12: En la Proa

Sucedió hace tiempo.
En la proa de un barco
Ella viajaba en un crucero
que le cruzaba la vida
de sur a norte
y destejía sus pensamientos
llevándola por aguas cálidas
del turqueza más intenso.
Estaba con poca ropa
su piel bronceada de soles...
dorados, refulgentes
Pero esa noche se
había puesto
un largo vestido negro
que dejaba al descubierto
sólo un centímetro
de sus tobillos
Tomaba unos tragos
exóticos, caribeños
sentada con tacos altos
perfumando el aire
con su aliento a piña
Andaba sola y sin prisa
húmeda secretamente
Ananá y mango...
licores...agua de coco
Un marinero le servía
una y otra vez...
era alto, moreno
de músculos tensos
como la cuerda de un
contrabajo
tenía swing en el cuerpo
cadencia masculina
Las miradas se hacían
cómplices
en cada gota de alcohol
que iba volcando en la copa...
-música-cigarros-risas-
La embriaguez marco el destino
y ella se levantó,
salió en silencio
a urtadillas...él no la vió
y camino con deleite
hacia la proa del barco.
Era increíble la noche
la luna estaba guardada
y el cielo era tan oscuro
que de oscuridad brillaba
jamás había visto
semejante
cópula de estrellas...
Estaba abierta
plena...
el rugido grave del mar
acompañaba
su marea femenina
que en ese momento
era alta
En su Universo
cangrejos
se desnudaban
para que
medusas enormes
les hicieran el amor...
todo era un burbujeante
color indefinido
iridiscente
que fluctuaba
y danzaba
en un baile
oscilante
neptuniano
embriagante...
Y de pronto...
una sombra enorme.
En el vientre
un torbellino de gozo
del gozo más innombrable.
Supo que su magnetismo
lo había imantado
y el marinero llegaba
sereno, lento
la brisa se tornó de golpe
en sopor afrodisíaco
sus pasos eran para ella
la pócima más dulce...
No hablaron
Todo estaba ya dicho
la afirmación estaba en el aire
el deseo envolvente descendía
desde el cielo
y ascendía de los mares
Era tanta la sed
tanto el deseo
irrefrenable.
La velocidad de la nave
abriendo surcos
en la espesura
del océano
fue la misma que la
abrupta penetración
del marinero
desesperada
intespestiva
profundísima
Su energía se imponía
y le levantó de una vez el vestido
ella plegó su cuerpo
y quedó con la cara hacia la proa
y el vientre hacia la popa del
sexo inmenso del marinero.
Era negro, duro como el diamante,
hinchado, venoso,
carne sagrada, latiente
vertiente de espuma blanca
que bendice úteros
y abre todos los caminos...
Y , sin demora...comenzó
el movimiento
hacia a trás y hacia delante
navegando
naufragando
llegando a todos los puertos
y partiendo
y zarpando
para volver para entrar
y salir
Fue una plegaria azul
entre cóncavo y convexo
leches blancas estallando
en la negrura del cielo.
Mezcla líquida
de fuego y agua...
eternos marineros
eternas mujeres
eternas bocanadas de sal
en los eternos puertos
eternos náufragos
del amor...
eternas mareas
del deseo...
Los rostros
extasiados
de placer...
ceños fruncidos
ojos en blanco
labios mordidos
lenguas granates
y el gemido
y el grito final
orgasmeando
al mismo firmamento...



© 2007 by Orquídea

4 comentarios:

PRU dijo...

subir a bordo siempre es una experiencia, te transporte, te maree o te moje, y sea por la proa o por la popa...

Javier Galarza dijo...

cortesmente beso su mano con el placer de los antiguos caballeros.

Sirena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sirena dijo...

Tan bello y exquisito como el otro blog, amiga. Eres admirable, Orquídea. Besitos, guapa!!

P.D: Borré el anterior comentario porque me equivoqué y te puse Ofelia, en vez de Orquídea. Te cambié de nombre así de pronto. :( Más besos.